domingo, 28 de octubre de 2012

Rock The World con Muzi Lugozi!!

Muerte y Permanencia...



El Rock es uno de los géneros musicales más relevantes del siglo XX en el mundo Occidental, pues desarrolló una amplia gama de sonidos a través de la modificación de los instrumentos eléctricos, es escuela de varias generaciones y la sencillez de sus tres acordes, detonan en el florecimiento de matices que abren el camino a otras propuestas. 

Entre ataques, inestabilidades, comercialización y su mala reputación, a medio siglo de su nacimiento, sobrevivió con una franca trascendencia. De la primera generación estadounidense y británica, muchos integrantes han muerto como John Ray Cash (1932-2003), cuyas habilidades desplegadas en distintos géneros, le valieron lugares en diferentes recintos dedicados a los músicos como el Salón de la Fama del Rock (Ohio, U.S.A.), que es uno de los más notables. 

Otro músico que goza de un invaluable prestigio es Keith Moon (1946-1978) quien fue integrante del grupo inglés The Who; está considerado como uno de los mejores bateristas de todo el mundo y en efecto, su complejidad es de difícil reproducción y dominio, por ello no todos los grupos de covers sacan sus rolas. 

Es muy larga la lista de los fallecidos, mientras que los fanáticos son testigos de la muerte y hacen uso del legado que cada uno deja a su paso, como James Douglas Morrison Clarke (1943-1971), John Winston Lennon (1940-1980), Ricardo Esteban Valenzuela Reyes (1941-1959), Stephen Maynard Clark (1960-1991), John Henry Bonham (1948-1980), John Kennedy Oswald (1964-2011) y cientos más que curiosamente se les recuerda sin necesidad de haber sido unos dictadores, genocidas, políticos, altos funcionarios, monarcas ni sanguinarios guerreros. 





Tampoco han sido la Madre Teresa, porque en este género lo que más resalta es el estereotipo de la imagen rebelde e irreverente que se fabrica en los tabloides y en la Industria.


¡Vaya! sin ser Santos de devoción, todos ellos son sustanciales en un mundo efímero, inseguro, frágil, incongruente e incapaz de ofrecer consistencia, porque sus actos, tienen el mérito de la permanencia en el recuerdo, en la memoria y en cada evocación musical, lo cual no fue una sencilla tarea en el mundo Moderno ni lo es en el mundo Post-Moderno, dado que los modelos económicos y hábitos de consumo, generan apariencias, engaños y fantasías sin rumbo fijo y que se rehúsan totalmente a encepar. La mayoría de esos “chicos malos” a través de sus laboriosas o accesibles composiciones, insertan sensaciones, gustos personales, juicios críticos y juicios de valor opuestos a la supremacía cultural, brindando así otra versión de los hechos. 

¡Qué descansen en paz los roqueros muertos y que retumben las bocinas sus obras maestras!
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