jueves, 21 de junio de 2012

Rock The World con Muzi Lugozi!!


Patrones de comportamiento…



Una de las condiciones humanas, es el instinto depredador, el cual se desarrolla con la transformación del entorno natural y la satisfacción de las necesidades básicas. A su vez, la depredación se lleva a cabo a nivel social para destacar y exaltar las cualidades y talentos personales. Ello surge de la generación del conocimiento, cuyo fin es transmitirlo, pero se utiliza preferentemente para detonar ese instinto y colocarse en un nivel superior, que desemboca en actitudes arrogantes, en la soberbia y actos de humillación.

Esto es como los ricos nuevos, quienes se cuelgan de su reciente posición para pisotear a quienes poseen menos valores monetarios. También sucede con los nuevos intelectuales, quienes por leer, utilizan lo poco que saben para sobajar aquellos que desconocen algo. Se supone que el conocimiento es para compartirse, no para limitarse ni dividirse y desafortunadamente esta clase de comportamiento, ha alcanzado al Rock, tanto a los grupos como a la fanaticada.

El Rock en sus inicios planteó, entre tantas cosas, la huída a ese tipo de actitudes, pues el fin era librarse de los malos hábitos del Consumismo y de las imposiciones conductuales del Estado. Sin embargo, con la absorción y control del Rock, vino el cambio en los patrones de comportamiento de una buena parte de sus participantes. Algunos grupos nuevos, a nivel local e internacional, descalifican musicalmente todo lo que no se parece a ellos dentro de su mismo género. En dimensiones locales, con tales rasgos, la escena no se desarrolla plenamente, los seguidores y los grupos creen que lo saben todo, por lo cual se cierran a nuevas cosas, se limitan en sus carencias.



En cuanto a la mayoría de los fanáticos, compiten entre sí de manera pretensiosa para establecer la superioridad por medio de la cantidad de grupos que conocen, y entre más raros mejor, pero eso no involucra de ninguna manera que tengan la habilidad de saber escuchar música. Por ello, cuando asisten a un toquín, si lo que están presenciando no se acerca a lo que ya conocen, lo desacreditan con falsos criterios. Pero que quede claro, una cosa es saber o poseer cierta cantidad de rolas o discos, y otra muy distinta es estudiar música, hay un Conservatorio, estudio y experiencia de diferencia.

Se repite ese patrón enfermo y dañino de la sociedad consumista, es una muestra de su adaptación a la dinámica del mercado y sus nuevos productos. Por lo tanto es natural alardear, acerca del conocimiento adquirido, llegando a sus más ínfimos escalones cuando se fija como el más puro y auténtico. Sucede sobre todo cuando los fanáticos discuten de la vida cotidiana de sus grupos favoritos, al grado de que entre más anécdotas conozcan, más sabios son y minimizan a los que ignoran determinados hechos. La memorización de la discografía y biografía de las bandas, no constituye el acto de reflexión, sólo están repitiendo información, son meros datos duros y no es lo mismo que efectuar y desarrollar un juicio propio y crítico, con herramientas del pensamiento que lo sostenga  para aportar algo que impulse a la escena hacia su crecimiento.

Lo que se sabe del Rock, hay que compartirlo e intercambiar ese bagaje cultural, es recomendable sensibilizar el oído, hay que abrirse al conocimiento y tener humildad hacia lo desconocido, el Rock tiene la meta de unir, no de dividir, no quiere parecerse a lo comercial ni a sus consumidores. Es necesario abandonar las apariencias y la fingida postura de la alfombra roja.

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