Tácticas de guerra…
Muchos temas se han redactado en esta columna, desde banalidades como los gases vaginales hasta cosas fundamentales en nuestra sexualidad. Y muchos de estos post han sido inspirados por conversaciones que he escuchado en el metro, entre amigos, etcétera.
En ese sentido, se dice que el hombre piensa TODO el tiempo en sexo, sin embargo, he comprobado que si bien no dedican el 100% de los 365 días del año en pensar en s-e-x-o, sí lo hacen al menos el 50%. Mientras el 50 restante lo dedican a eternas pláticas de trabajo, deportes, cervezas y a comentar sus futuras, presentes o pasadas conquistas con sus amigos.
En “Nuestro amor/ The Story of us”, película protagonizada por Michelle Pfeiffer y… el señor que protagonizó Armageddon y Arma Mortal 1, 2,3… ¿4?, así es, Bruce Willis, el personaje secundario Rachel, interpretado por Rita Wilson, mejor amiga de Katie (Pfeiffer) explica claramente el comportamiento de un pene:
“La clave de una pareja feliz es aceptar la diferencia entre los sexos. Un hombre puede terminar una pelea con sexo, mientras que una mujer no quiere sexo hasta que termine la pelea.
Por otra parte, un pene es un arma, un carnero que embiste; aunque esté enfadado, puede embestir, es el ‘principio del carnero enfadado’. En cambio, la vagina debe estar relajada para abrirse y recibir. No puede ser buena anfitriona si está enfadada.
También aplica para el sexo oral y los besos. Cada punto de ingreso femenino debe saber que el pene se acerca… en paz.”
Por otra parte, un pene es un arma, un carnero que embiste; aunque esté enfadado, puede embestir, es el ‘principio del carnero enfadado’. En cambio, la vagina debe estar relajada para abrirse y recibir. No puede ser buena anfitriona si está enfadada.
También aplica para el sexo oral y los besos. Cada punto de ingreso femenino debe saber que el pene se acerca… en paz.”
Esos diálogos resumen años y años de terapia y relaciones malas. Es muy cierto, te invito a reflexionar al respecto. Si eres hombre, piénsalo y sincérate; si eres mujer, acéptalo. Aún cuando tu novio, amigovio, amante, esposo, etcétera, actúe como el hombre ideal, como tu príncipe azul, como ése al que no le importa nada más que tú, al final siempre actuará bajo un objetivo: llevarte a la cama.Después de conseguir su objetivo y tras algunos meses o años de relación, el “no sé cómo explicarlo, me vuelves loco” (o alguna frase similar) se convierte en “Bla… lo de siempre ¿cogemos?”
Are you fucking kidding me?
El romance, si alguna vez existió, ha muerto. Hombres vayan unas líneas atrás, a los diálogos de “Nuestro amor” (haré más fácil la localización de las líneas, lean la frase resaltada en amarillo) y céntrense en “cada punto de ingreso femenino (boca, vagina, ano, oídos, etc.) debe saber que el pene se acerca en paz”, entiéndase paz como detalles, romanticismo (falso romanticismo), charlas previas al sexo, flores (aunque sean plásticas, si les resulta más económicas)… hace falta trabajar.Muchachos, no esperen una buena respuesta si después de dos semanas y a mitad de la noche deciden regresar la llamada de su novia, concubina, esposa, amante, conquista, lo que sea, y lo primero que pronuncia su boca es “quiero tener sexo contigo” (en el mejor de los usos del español). Si es que les resulta familiar sabrán que una positiva contestación no será formulada. Y si acaso cumplen su objetivo, no será la noche más ardiente que hayan tenido.
Hombres tengo fe en ustedes, dejen de ser cavernicolitas y comiencen a actuar con mayor inteligencia, hagan caminar esa ardilla.
Si lo han intentado y reconocen que no son románticos, sean creativos: piratéense frases de películas, dediquen canciones, sufran dos horas para ver la comedia romántica con sus novias, lo que se les ocurra, y dígnense a enviar mensajes por celular que contengan más de dos caracteres.
Se los agradecerán.


