ayer se me perdió,
no sé si se me fue,
no sé si extravió,
y yo no tengo más
que un unicornio azul.
Si alguien sabe de él,
le ruego información,
cien mil o un millón
yo pagaré.
mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.”
-Silvio Rodríguez-
Poéticamente suena excelente, por lo que continuaremos utilizando esta metáfora, aplicándola a algo que todos tenemos, desapercibida a simple vista, pero que existe: la libido.
Encontré lo siguiente en una página de Internet y, definitivamente vale la pena hacer mención, se dice que muchos papas, reyes y nobles tenían entre sus posesiones más preciadas cuernos de unicornio y se pagaban cuantiosas sumas de dinero por uno de ellos. También se vendían en piezas o en polvo y había un auténtico comercio de tales objetos. Un unicornio era muy valioso, por lo tanto, era sencillo lucrar con él.
En el caso de los hombres existe la tan recurrida pildorita azul: el Viagra (para aquellos que “no saben de lo que les hablo”). Este medicamento que hace 11 años se denominaba 'UK-92,480', nació para curar angina de pecho… poco después los científicos se percataron de los efectos secundarios que ocasionaba en los pacientes. ¡¡Mina de oro!!!

Cabe destacar que este nuevo “viagra” femenino está aún en proceso de investigación. Además, es importante señalar que ya existían medicamentos para despertar la libido en las mujeres, éstos contenían altos índices de testosterona lo que ayudaba a despertar deseo sexual, pero también causaba acné y crecimiento de vello facial.
Mi recomendación: antes de recurrir a píldoras millonarias para un momento de disfrute, aléjense del estrés, los malos pensamientos y la rutina. Tómense un fin de semana lejos de la ansiedad, del trabajo y del tráfico… y a darle.
“…cualquier información
la pagaré.
mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.”