domingo, 6 de septiembre de 2009

A Través del Espejo con Lucía Plascencía!!

Desearía…

Desear, soñar, anhelar, imaginar, querer, aspirar, ambicionar, ansiar... todo se remite a lo mismo, querer algo. ¿Qué? Depende de cada persona.

En mi caso, tener un cabello largo y sedoso (tipo modelo de comercial de shampoo). Así de simple, es sencillo de llevar a cabo. Afortunadamente querer tenerlo largo es fácil de conseguir, tiene remedio: armarme de paciencia.

Sin embargo existen otro tipo de anhelos con lo que debemos aprender a vivir, debemos aguantarnos; la paciencia ayuda, pero no cumple deseos. Para eso necesitaríamos de nuestros ya choteados personajes de fábulas y cuentos infantiles.

Estoy segura que muchos hombres alguna vez han deseado lo mismo que yo: tenerlo largo, y no hablo de cabello. ¿No puedo entender por qué se acomplejan por el tamaño del pene? ¿A qué viene tanto alboroto?

A finales de los 40, Alfred Kinsey realizó y publicó uno de los primeros informes científicos sobre sexualidad, en éste aborda comportamientos sexuales, pero lo que nos atañe en este momento es la medida estándar del pene. Los resultados fueron los siguientes:

Un pene pequeño mide menos de 14 centímetros de longitud; uno mediano, entre 15 y 17 centímetros; un pene grande, oscila entre los 18 y 20 centímetros; finalmente un pene enorme mide más de 20 centímetros.

Estudios recientes, publicados en el portal chileno Vértice2000 Cultura y Esparcimiento, informan que la longitud varía entre cada raza. A continuación los resultados:

Orientales: 14 cm. de longitud media.
Caucásicos: 16,50 cm. de longitud media.
Africanos: 15,50 cm. de longitud media.
Hispanos: 15 cm. de longitud media.

Ojo la forma correcta de medirlo es desde la piel pubo peneana hasta el meato uretral, existiendo dos formas de hacerlo: la primera cuando el pene está en estado de flacidez o reposo, y la segunda en estado de erección.

Desearía que nuestros lectores me dejaran su opinión, la mía es que el tamaño no debe considerarse un elemento fundamental para disfrutar del sexo, mucho menos es un indicador de la masculinidad de un hombre.

Recuerden que si los seres mágicos convirtieron a Pinocho en un niño de verdad, a Aladino en príncipe, y a la Cenicienta en señora. De Polanco, ¿por qué no cumplirían su sueño de tenerlo más largo? Por supuesto en un mundo mágico, en la realidad podrían recurrir al estiramiento con pesas o dispositivos, a una cirugía dolorosa, a las ya famosas bombas de vacío o a ejercicios naturales. Inténtenlo y… buena suerte.

Hasta la próxima.
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