Bubilandia, el país de las maravillas...
Este post nace de preguntas personales y de aquellos comentarios que he escuchado caminando por la vida; justo traje la idea al estar viendo una serie de televisión en la que un niño de aproximadamente 12 años tenía un montón de posters/afiches de mujeres pegados en las paredes de su dormitorio. El común denominador: senos grandes y, por supuesto, el niño feliz en su esfera bubilandia.

En la actualidad tener unos senos bien definidos y firmes es sinónimo de belleza y status. Muchas mujeres que no fueron bendecidas con genes lo suficientemente perfectos para tener unos senos atractivos recurren a la cirugía plástica para conseguir su ideal de belleza.
De acuerdo con el artículo de Mariana Viayra Ramírez, publicado por el diario La Crónica en 2005, México es el segundo paraíso mundial (después de Estados Unidos), y el primero de América Latina, de las cirugías estéticas, esto debido a los bajos costos de una cirugía plástica en ese país.
La intervención consiste en la colocación de un implante detrás del tejido fino del pecho a través de una incisión pequeña con el fin de agrandar y/o mejorar la forma del pecho. Los implantes tienen una cubierta hecha a base de silicón, misma que se llena con silicón en gel o salino. Existen diversos tamaños que dependen de la elección de cada persona.
En la dirección url: http://www.doctoresdesenos.com/demo/index.php, se encuentra un modelo interactivo de senos, donde al llenar los campos de información (peso, hombros, cintura y base del seno), se pueden escoger diferentes tamaños de implante y visualizar el que mejor convenga.
La mamoplastia sólo se puede hacer una vez que el seno está completamente desarrollado, por lo que se recomienda llevarla a cabo en mujeres mayores de 18 años. Cabe destacar que aumentarse los senos quirúrgicamente no afecta la sensibilidad de los mismos ni la lactancia, ya que el implante se coloca debajo del tejido glandular de la mama.
Finalmente, quienes quieran formar parte de Bubilandia, tendrán que considerar que se le deberá dar mantenimiento a las “lolas” sintéticas y cambiarlas cada diez años.