lunes, 10 de mayo de 2010

Desde la Butaca con Erari!!

Ni griegas ni Shakesperianas II...

Para continuar con el tema del último post, ahora escribo sobre dos películas que muestran cosas tan cotidianas que a veces no las notamos. Ya relaté acerca de tragedias que, aunque evitables, se salieron del control de las personas involucradas; hoy menciono algunas cuya solución se encuentra en las manos de sus personajes.

Un ejemplo cinematográfico de tragedias resultantes de acciones controladas es “Réquiem por un sueño”; cualquier persona que haya visto esta película sabe de qué hablo.

Aunque son millones las personas alrededor del mundo que se ven afectadas por las drogas, y que no es ninguna justificación para su consumo, en esta película se presenta el punto de vista de un grupo de personas que consumen drogas de manera consciente o inconsciente y las consecuencias que cada uno tiene que enfrentar por tomar ciertas decisiones.

Muestra un mundo en el que cada uno justifica de alguna manera su adicción pero sin que al final se rehabilite y sean todos felices por siempre; aunque hay muchas personas que después de muchos problemas logra llevar una vida estable, es innegable que muchos no logran salirse por completo y si lo hacen, cargan toda la vida con las consecuencias de sus acciones.

“Réquiem por un sueño”, como su nombre lo indica, hace alusión de cómo deberían ser las cosas y cómo terminan en realidad. Cada personaje expresa de manera explícita o implícita un proyecto o meta, que nunca pueden alcanzar por hacer de las drogas su mayor prioridad.

A pesar de que suena a que los drogadictos son lo peor, esta película, un tanto utópica, ofrece la historia alternativa que cada quien puede tener. Todo esto, aunado a una fotografía y montaje muy interesantes así como un excelente soundtrack.

Por otra parte, en el punto intermedio entre los dos tipos de tragedias, es decir las accidentales y las provocadas, está la historia trágica y bastante común entre las familias del mundo: la muerte de un hijo.

Justamente en la película The Lovely bones, basada en la novela Desde Mi Cielo de Alice Sebold, una familia tiene que pasar por la pérdida de un integrante, Susie. Este evento, debido a su naturaleza, es catastrófico para la familia Salmon y al no estar acostumbrados a pasar por problemas de tal magnitud, pierden el control en el manejo de la situación y tienen que pasar por muchos procesos estabilizadores hasta salir adelante.

Pese a parecer un final feliz, realmente es la muestra de que las cosas siempre pueden estar mejor, siempre y cuando uno mismo se esfuerce por salir de las situaciones que jalan hacia el abismo; aunque en este caso, la recuperación no es sinónimo de que Susie haya dejado de estar en la memoria de su familia.

Aparte del mensaje que tiene esta película, otros elementos visuales ayudan a la generación de empatía con el espectador. La historia se desarrolla de una manera bastante original; de hecho, podría contarles toda la película y aún así verla sería toda una experiencia.


Desde mi punto de vista, este tipo de películas resultan muy reflexivas, pues son las que verdaderamente hacen pensar acerca de la manera en que se ve la vida y la manera en que se manejan las situaciones. Muchas veces no nos damos cuenta de las bondades con las que vivimos, pero verlas en el cine tal vez ayude a meditar qué haríamos en ciertos contextos, lo que posiblemente ayude a conocernos y sobrellevar la vida mejor. ¡Qué emoción poder aprender de nosotros mismos mediante algo tan mágico como el cine!

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