El circo del poder
La reflexión que me salta a la mente es la enorme podredumbre que impera en los gobiernos, en especial en Latinoamérica.Una larga tradición de gobiernos corruptos nos acosa desde hace siglos y para nuestro infortunio sabemos que la corrupción es algo innato a las distintas sociedades de la humanidad, la gran diferencia es que en los países de “primer nivel” existe la corrupción, se denuncia y se atiende, mientras que en nuestros frondosos países existe, se denuncia y se inventan miles de justificaciones oficiales absurdas para su existencia.
Es un entorno triste pero que es realidad, y lo peor es que a diferencia de 30 años, las sociedades pocas veces ya se organizan con el fin de reclamar este tipo de disfunciones en el sistema, la gente ya está cansada de tanta basura pero ya no sale de su casa para reclamar, prefiere discutir el asunto en familia cómodamente en su casa mientras escuchan las noticias parciales de los medios de comunicación que para variar están al servicio del club del poder, mientras que los verdaderos periodistas son callados sistemáticamente y en algunos casos más drásticos hasta asesinados.
Como ejemplo a lo anterior tenemos al periodista José Gutiérrez Vivó, quien con más 30 años al frente de un innovador concepto radiofónico en México fue callado en menos de 3 años por el capricho de un presidente inepto como Vicente Fox.
Pero a todo esto hay una sorpresa, el nuevo presidente de El Salvador, quien pasó de ser un periodista de izquierda feroz al nuevo dirigente de la política de ese país centroamericano. Sin duda, será interesante observar cómo traduce sus propuestas en acciones, tiene a diferencia de muchos otros mandatarios en Latinoamérica, un enorme reto ante él. Ojalá que no terminé corrompido por el poder, eso que dicen muchos que al tenerlo se convierte como en una adicción que nubla la mente.
Ante todo este panorama de basura en los gobiernos, mucha gente ya pone en suspenso su participación en las elecciones de nuevos representantes; el abstencionismo inactivo crece y a los gobiernos no les importa mucho, pero eso sí, cuando saltan las voces de reconocidos intelectuales que promueven el abstencionismo activo, ponen de inmediato sus intermitentes y arremeten contra la sociedad tratando de crear miedo colectivo con sus advertencias absurdas de que el voto anulado sólo causará un totalitarismo en los partidos políticos.
Ustedes tienen la última palabra, pero creo que si hay tanta inconformidad contra los gobiernos y los nuevos candidatos, hay que demostrarlo de manera oficial, anular nuestro voto para nada hace daño, sino revisen la experiencia de países de primer mundo donde desde hace años esta modalidad está vigente y si en una votación es más grande la anulación, las elecciones se repiten hasta que existan verdaderas propuestas que atraigan el voto popular.
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