domingo, 10 de agosto de 2008

Café Y Cigarrillos con Rebeca Banda!

… ¿Y después de esto qué?

Resulta que tienes 18 años y es momento de elegir el camino que tendrás que recorrer por el resto de tu existencia, pero qué sucede cuando esa decisión que tomaste no fue la correcta, o lo que es peor qué pasa cuando te das cuenta de ello muchos años después.


Durante la infancia los sueños de ser astronauta, científico, inventor, detective, entre otras fantásticas profesiones son los sueños que forman parte de tu vida, imaginas qué sería si de verdad pudieras llevar a la realidad esos juegos en los que haces pasteles de lodo o cualquier cosa que en esos años te resulta interesante.


Después pasas a la temida, pero a la vez añorada adolescencia y comienzas a visualizarte en trabajos ya no tan fantásticos pero igual de interesantes como médico, abogado, empresario, contador, veterinario, etc., y estas profesiones son más apoyadas por los mayores pues como dirían las abuelitas “el tiempo se pasa corriendo” y que mejor que ya tengas una idea de lo que vas a dedicar el resto de tu vida.


Pero cuando solo fantaseas y no tienes la adecuada orientación para elegir tu profesión, podrían pasar años y años y nunca enterarte que es lo que quieres en verdad hacer con tu vida y lo que es peor solo vivir siguiendo los estándares sociales que generaciones atrás han sido designados para el bienestar y el buen ver de los demás.



Por desgracia el ajetreado ritmo de vida que se tiene en la actualidad, la sobrepoblación y la escasa oferta de trabajos es lo que hace cada vez más crítica las decisiones de los jóvenes, hay quienes afortunados, tienen la oportunidad de acudir a la universidad y prepararse de manera profesional para el mundo real, pero: de esos privilegiados cuál es el porcentaje que esta ahí estudiando lo que siempre quiso estudiar, o simplemente quién en verdad se está preparando y tendrá oportunidad de sobresalir en ese mundo real.


La crisis del empleo juvenil es también para los jóvenes una crisis de oportunidades de adquirir independientemente los medios mínimos de alojamiento y vivienda necesarios para establecer familias y participar en la vida de la sociedad. El progreso de la tecnología y de las comunicaciones, unido al aumento de la productividad, ha creado nuevos desafíos y nuevas oportunidades para el empleo de los jóvenes.


Obviamente, cuando terminas tu carrera lo que más te sobra son ganas para salir al mundo y ofrecerle tus servicios de lo que quiera que hayas estudiado y te lanzas en la búsqueda de trabajo, para empezar de das cuenta de que la oferta de plazas es muy poca y la demanda es demasiada, por un puesto empresarial hay como 20 chavos con las mismas características que las tuyas que están peleando por el mismo.


Y de repente sin darte cuenta te encuentras yendo de entrevista en entrevista, te encuentras pidiendo empleos para los que estas sobrevalorado o no tienes la suficiente experiencia para desempeñarlos, pero yo me pregunto como demonios quieren las empresas que un egresado tenga experiencia si no dan la oportunidad para que los jóvenes pongan en práctica lo aprendido en la escuela.


Y todo este calvario es en el caso de los que estudiaron porque ni que decir de aquellos jóvenes que no tuvieron la oportunidad del estudio, ahí es donde el mundo se pone más crudo, y peor aún cuando estudiaste algo y te das cuenta que ese algo no era exactamente lo que querías hacer de tu vida y te encuentras peleando por empleos a los que ni siquiera les vas a tener pasión y entrega.



Simplemente tras un desalentador panorama laboral en el mundo, no queda más que la opción del subempleo, mucha paciencia, objetividad y no perder las ganas de salir adelante y si sientes que has perdido alguna de esas características, no queda más que seguir recuperarlo con una buena tarde de café y cigarrillos.


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