domingo, 10 de febrero de 2008

Café Y Cigarrillos con Rebeca Banda!

Fiesta brava… ¿complicación o asesinato?


Por ahí se dice que “no es lo mismo ver los toros desde la barrera” y que sabiduría y exactitud tienen estas palabras, pues todo lo que despierta el efímero arte de la tauromaquia son sentimientos encontrados, nada en un punto medio.


No cabe duda que hay quienes ven las corridas con el corazón, con la pasión que se entrega en esas tardes de toros, pero hay otros tantos que simplemente las ven como una barbarie asesina.


Puede que el toreo implique muerte, sangre y dolor pero nunca se hace burla de ello, ni se pide con vehemencia la vida de nadie, prueba de ello es la petición de indulto para los toros.


¿Por qué complicación? El toreo resulta un arte difícil de entender porque implica la muerte, el juego de la vida y movimientos estéticos que tienen una razón de ser.


La complicación llena a la afición de arte, de entrega desde el primer momento que pisan una plaza de toros, esa misma complicación llena a los toreros de pasión desde el momento que se ponen el traje de luces y se plantan frente al burel para describir el arte de la muerte.


Es el sentimiento de peligro lo que le imprime la pasión al toreo, esa sensación desafiante de temple es la que da la vida al rito en cada tarde de toros, el respeto es lo que inunda a esta fiesta pues así como se vitorea la gloria de un momento se respeta el paso de la muerte, no se puede clamar irrespetuosamente el juego de la vida.


¿Por qué asesinato? La otra cara de la moneda de la fiesta brava son sus detractores, que como en toda pluralidad tienen cabida sus opiniones, porque al igual que los actuantes de la fiesta exigen respeto, también se tiene que respetar la postura de los anti-taurinos.


Hay quienes expresan su disgusto teniendo bases de ello, han visto una corrida o han leído sobre la historia del toreo, también existen los detractores que ignoran esta información pero de igual manera expresan que los animales –toros y caballos- son maltratados para la realización de este arte.


Su postura es respetable, pues hasta personalidades importantes como el filósofo Jesús Mosterín o el músico Paul McCartney se han opuesto a las corridas de toros por considerarlas contrarias a la más mínima sensibilidad.


Actualmente vivimos un tiempo de pluralidad y respeto en el que se expresan opiniones y se trata de modificar los pequeños detalles para el crecimiento cultural e intelectual de cada persona, en ese entorno de respeto se toman en cuenta aquellas opiniones de los detractores de la fiesta brava y de sus actuantes, todo para que el toreo siga su cauce cultural e histórico.

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