domingo, 30 de enero de 2011

Art Is Everywhere con Mariana Plata!!

El lado humilde del arte...

La basura no solía ser un tema tan discutido, pero ahora que nos empezamos a dar cuenta del daño que le hacemos a nuestro planeta, ya comienza a ser el pan de todos los días. Aproximadamente cada persona produce un kilo de desperdicios, la mayor parte son desechos que no tienen gran propósito y mucho menos beneficio. El arte moderno, en cambio, le ha encontrado un uso poco usual. Estábamos acostumbrados a que el arte se limitaba a lo que un pincel y lienzo nos mostraran, sin embargo, el arte tuvo que cambiar porque no se podía limitar a esos objetos. De la misma manera, la humanidad no puede continuar con la producción desorganizada de desechos.

En ese sentido, han surgido propuestas artísticas y ecológicas como Basurama, también conocido como el festival de la basura donde se busca probar cómo los desperdicios pueden tener otra utilidad como objetos de diseño. También existe el Trash Art, que se define como la acción de descontextualizar objetos cotidianos y exponer una visión distinta sobre ellos; y se le llama así porque estos objetos son materiales reciclados o que son considerados basura.

El caso del artista Vik Muniz es muy peculiar, ya que le ha dado otra mirada a obras artísticas muy famosas, incluso del arte contemporáneo, primero por retratar obras con materiales poco usuales, por ejemplo, pintar La Mona Lisa con mantequilla de maní. En el 2008, Muniz se fue a uno de los mayores basureros del mundo, ubicado en Río de Janeiro, para inspirarse en su nueva técnica: “imágenes de basura”, trabajo que ha trascendido en un documental llamado “Waste Land”, que muestra la relación del artista con los recolectores de basura, el estilo de vida que llevan estas personas y su particular visión del mundo desde ese lugar.

Sin duda, un material audiovisual que cambia la manera de apreciar la obra por sí, pues se comprende todo lo que sucede detrás de ella; no sólo se observa y aprecia lo que el artista llega a hacer para involucrarse y entregarse por completo a su trabajo, de hecho, hasta el “detrás de cámaras” se vuelve toda una obra de arte, ya que la vida y las mismas personas que recolectan la basura vuelven una belleza el poder ver cómo una obra puede tener un origen tan humilde.

Estas obras artísticas que involucran basura, que por definición son desechos o desperdicios, dan un significado distinto a la belleza del arte y a los objetos porque su hermosura es creada o surge de objetos que no suelen ser vistos como bellos, sino todo lo contrario. Además, las obras rebasan el valor estético del arte porque también trasmiten sentimientos más ecológicos y de valoración a lo que nos rodea.
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