Posdata: ¡viva la familia!...
La vida familiar es un asunto complejo, tanto para los padres como para los hijos, no es placentero cuando los papás descubren que sus hijos tienen sexo, beben demasiado, fuman como tren; para los hijos tampoco son agradables los interminables castigos, que los hacen ponerse “punks” con sus progenitores al argumentar que les cortan su libertad, aunque a veces sea por su propio bien…
Sin embargo, también hay padres que abusan y limitan por razones, casi patológicas, de la vida de la calle, justo como en la película de esta ocasión: “Las vírgenes suicidas”, una familia poco común (en apariencia).
Este film narra, de manera magistral, la historia de 5 chicas que pertenecen a la familia Lisbon, que todo el tiempo espían a las muchachas del vecindario. La más chica de ellas intenta suicidarse sin éxito, por lo que es internada en un hospital, donde un psicólogo les sugiere a sus padres (cristianos fanáticos), que se abran al mundo. Este planteamiento los lleva a organizar una fiesta para sus hijas con jóvenes del barrio; el radical cambio confunde a la pequeña Cecilia, quien finalmente logra llegar al ático para saltar y morir en la reja de la casa… Los hechos cambian la vida de los Lisbon y los hacen más estrictos con sus hijas, mientras los vecinos acosadores y morbosos, toman el diario de Cecilia, que los termina conmoviendo…
Otra de las hermanas (por cierto, la mayor) también reacciona ante las circunstancias opresivas del hogar y termina en una relación con un tipo drogadicto, quien nada más la utiliza sexualmente después de un baile escolar, situación que la empuja a volverse promiscua, revolcarse con el primer hombre frente a ella, beber y tener siempre un cigarro entre los labios…
Todos estos sucesos, llevan a los padres a extremar medidas con sus hijas al grado de sacarlas del colegio. La madre cruel quema todos sus discos de música, les rompe la ropa y les prohíbe el contacto humano, mientras que el inútil del padre tan solo es un mueble más de la casa, pues no tiene ni voz ni voto, aunque al final algo inesperado sucede entre él y los vecinos acosadores…
En el aspecto técnico, la cinta tiene una fotografía bien lograda, pero nada del otro mundo. Los movimientos de cámara lentos como tortuga coja, sin embargo, muy limpios. Las locaciones bastante comunes, mientras que la iluminación acorde a cada escena. Respecto de la progresión dramática, no hay nada más que decir que excelsa y bien definida, ya que destaca los perfiles psicológicos de los roles principales.
Definitivamente, una película lenta, pero muy emotiva, sello característico de la directora Sofía Coppola, y con actuaciones destacables como la diva de Coppola, Kirsten Dunst, quien hace el rol protagónico de Lux, la hermana promiscua; James Woods y Kathleen Turner, como los padres represores; y Danny De Vito, como el psicólogo redentor.
Las Vírgenes Suicidas, otra manera de mostrar que el extremo del control, así como el de libertad, suelen convertirse en caminos herrados en la educación de un hijo, ya que resultan en confusiones y caminos trágicos como el suicidio. Nada como el amor fraternal, puro, así como la libertad supervisada, para llevar a los hijos por el mejor camino.