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Amor Incondicional…
A menudo, las leyes quieren dominar la vida de las personas, aunque no siempre encajen con la gente. No todos tenemos las mismas características de vida, por ello, las leyes morales son obsoletas y limitan las vidas de muchas personas, pero no para un buen funcionamiento social, sino para mantener un orden jerárquico, en donde los que dictan aquello son los poderosos que gobiernan; los diferentes y marginales somos los que estamos al final del estamento. Justo el film de esta semana, de nombre “Shelter”, nos narra algo de esto.
Shelter, es una cinta escrita y dirigida por Jonah Markowitz (su debut cinematográfico), con un tema que divide a la opinión: el derecho a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.
La película habla de cómo Zach, una artista callejero de un pueblo californiano, se enamora del hermano mayor de su mejor amigo, Shaun, pero encuentra muchos obstáculos en el camino, incluso, por él mismo, sin embargo, lo que más lo detiene es el amor y cariño que le tiene al concepto de familia representado por su sobrino Cody y su hermana Jeanne, además de lidiar con la monotonía de la vida que ofrece su pequeño pueblo San Pedro y su eterna novia Tori, quien termina como su mejor amiga y apoyo en todas sus decisiones. Pero, al descubrir que es gay, Jeanne quiere cambiar a Zach para que continúe como el niñero de Cody y ella pueda irse de loca con su novio a otra ciudad, así que el protagonista la enfrenta para que se vaya y deje que Cody viva con él y Shaun.
La progresión dramática es interesante, la fotografía cuidada en sus planos y movimientos de cámara y más en la escena de surf; la iluminación no es cosa de otro mundo, pero aceptable; la musicalización genial, muy alternativa como la historia misma, canciones como No One's Home, de Brett Cookingham & Matt Pavolaitis; Teenage Romanticide, de Dance Yourself To Death; o Lie To Me, de Shane Mack.
El film ha ganado varios premios, principalmente en la comunidad homosexual, como el GLAAD Media Awards a mejor director y película narrativa favorita, en el Seattle Lesbian, y en el Gay Film Festival, el premio al mejor largometraje elegida por el público, en Vancouver Queer Film Festival.