Estética de lo inhumano...
Una de las características fundamentales del ser humano es su necesidad de expresar lo que le sucede de manera interna y externa, es decir, sus sentimientos, sueños, preocupaciones, así como sus reacciones e interacciones con lo que le rodea, principalmente en sociedad. El arte y sus derivaciones han sido los medios más importantes para esta forma de expresión, principalmente porque transmiten o representan lo que la persona quiere comunicar, mejor que las palabras.

Una vez que ambos inventos pasaron de ser novedad, se les comenzó a dar otro tipo de usos como medios de comunicación, como industria y como forma de expresión artística. Las fotografías y las películas han mostrado de todo, según las vivencias y épocas pertenecientes al autor o artista. Pero lo más destacable es que han sido los canales de muchas personas para conocer el pasado histórico y lo que sucede en muchas partes del mundo.
Al ser una forma de expresión artística, resulta muy interesante analizar que sí son maneras de conocer, pero nunca en su totalidad; por ejemplo, en el caso de las guerras (en ocasiones) las películas están tan bien hechas o las fotografías están tan bien levantadas, que el espectador sí recibe un sentimiento (del tipo que sea), no obstante, puede ser representado de una forma tan estética que le quita un poco la naturalidad a la situación o al objeto, por más inhumano u horrible que pueda ser.
Aparentemente, el hombre puede transformar casi cualquier cosa en arte, incluso lo que pueda ser abominable, grotesco, sádico y hasta el lado más perverso del humano, es decir, lo inhumano. Y, a pesar de que lo plasmado no se compare con lo que sucede en la realidad, sí tiene un factor a su favor que es el registro.
