Gotas de Agua Dulce...
Debo confesar que escribir sería más sencillo si los 29º C que tiene el Distrito Federal, en México, mientras anoto esto no se sintieran como 40º. En el último mes me he visto obligada a recoger mi cabello, lo cual odio, ya que acentúa mi cabeza de alien, a vestir ropa que uso sólo si estoy cerca del mar, lo que me regresa a mi situación real de no poder ni siquiera montar un “Acapulcazo” en la azotea y, por si fuera poco, el ventilador que adquirí en el centro comercial del lema “Ahorras dinero Vives mejor” no funciona tan bien como prometía.
Sin duda, algo debo hacer ante un calor y sudor cada vez más insoportable y evidente, pero, ¿por qué es tan desagradable sudar? Sé que a muchas personas también les desagrada por razones tan obvias como que el pantalón se pega por completo al trasero y muslos, las blusas o camisas se humedecen en la parte de las axilas e incluso se tornan amarillentas, la cara tiene exceso de grasa todo el tiempo, el cuerpo apesta, los dijes se decoloran y marcan la piel, y así, una interminable lista, pero, entonces, si odio el sudor, ¿por qué demonios he titulado este post “Gotas de agua dulce”?
Fue en 1986 cuando la investigación encabezada por la Dra. Winnifred B. Cutler, egresada de la Universidad de Pensilvania, arrojó resultados importantes: los seres humanos contamos con un sistema químico de comunicación sexual, tal y como desde la década anterior se había comprobado que ocurre en el reino animal. El sudor y las reacciones ante éste de hombres y mujeres fueron el elemento primordial del estudio.
Se concluyó que este líquido generado por las glándulas apocrinas, células productoras de sudor que se localizan principalmente en las axilas y alrededor de los genitales, actúan en la libido y salud, lo que hace más atractiva a nuestra pareja, influye en la fertilidad y alivia algunos síntomas de la menopausia.
Actualmente, se comercializan feromonas contenidas en pequeñas botellas tipo perfume, que llegan a costar hasta mil 249 pesos. Éstas son promocionadas como fórmulas patentadas y mejoradas, mismas que ofrecen resultados maravillosos como: incremento en la confianza sexual y de la autoestima, mayor número de relaciones sexuales, aumento del atractivo personal, etcétera.
Existen mecanismos internos de pérdida de calor que ayudan a que nuestro cuerpo regrese a la temperatura correcta, aproximadamente 36° Centígrados; la sudoración es uno de éstos. Cuando el cuerpo se calienta de manera excesiva, se envía información al área preóptica, ubicada en el cerebro, por delante del hipotálamo, donde se desencadena la producción de sudor. El humano puede perder hasta 1,5 L de sudor por hora… ésa es la mejor noticia; si contamos con la paciencia para recolectar nuestro sudor en pequeñas botellitas podremos comercializarlo y ¡ser ricos! (soñar no cuesta nada).
Ahora que he terminado este post, estoy convencida que el sudor no es el quinto jinete del Apocalipsis y al contrario, con una buena dosis de filosofía oriental (léase “Dalay”) me he soltado mi larga cabellera y me he puesto a disfrutar del placer de escribir.