domingo, 18 de octubre de 2009

A Través del Espejo con Lucía Plascencia!!

6 años después...

Comparto con ustedes una de mis fases favoritas: “¡20 siglos después...!” El número dependerá de qué tanto queramos enfatizar el tiempo en que alguien tardó en llevar a cabo algo.

¿Por qué compartir lo anterior con ustedes? Primero, mi hermano mayor (asiduo lector de este espacio) me comentó que escribo únicamente de sexo y miembros, en general, los hombres resultan afectados. Y segundo, el 17 de octubre resulta ser una fecha importante para mí.

Ahora la frase “6 años después” no la utilizaré para regañar ni exponer a nadie. Sino todo lo contrario, hace ya unos ayeres mi mente comenzó a llenarse de cuestionamientos a los que intenté responder. Todo lo que pueden leer en A través del espejo ha sido una recopilación personal de comentarios hechos por personas cercanas a mi, espero estar aprovechándolos.

Ahora, seis, veinte o veinticinco años después, mi duda es la siguiente: ¿El amor tiene caducidad? ¿Podrías despertar un buen día y decirle a la persona junto a ti: ya no te amo, ya no te necesito? Y si eso ocurre ¿qué debe hacerse?

Intenté responder a mis cuestionamientos, resultados de cambios importantes en mi vida, recurriendo a la llamada “hormona del amor”, creí que ésta podría darme respuesta. Y me topé con lo siguiente:

La oxitocina es una hormona relacionada con los patrones sexuales y con la conducta maternal y paternal que actúa también como neurotransmisor en el cerebro. Se dice que la función de dicha hormona está asociada con la afectividad, la ternura, el contacto y el orgasmo en ambos sexos.

Nuestro cerebro continuará liberándola siempre que reciba los estímulos apropiados, lo que ocasionará que sintamos placer.

Esto no responde mis dudas, genera otras: ¿El placer es lo único que requerimos en una relación? ¿Sin placer no hay amor? ¿Sin amor…? Etcétera.

Me disculpo si divagué en este post o si lo he hecho en todos los que he publicado; desde mi particular punto de vista el amor, sexualidad, erotismo, sexo y demás, continúan evolucionando, lo hacen todos los días.

Seis años después debo confesar que mi oxitocina se libera al evolucionar, pero junto con alguien que es capaz de despertar en mí sensaciones y momentos inigualables. Para mí es suficiente y es digno de mencionarlo desde mi espacio en Acahertz.
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