domingo, 30 de agosto de 2009

Sopa de Culturas con Mercurio!!

La espada, el arma del hombre justo

Histórica y literariamente, la espada es una de las más reconocidas y veneradas por su poseedor. Es conocida la personificación que se le daba a la espada por medio del nombre, comúnmente de carácter femenino, respondiendo a la idea del consorcio entre guerrero y su arma.

Por siglos la espada se ha asociado con la rectitud, la grandeza y la nobleza. No es en balde que son los caballeros quienes en su afán y búsqueda de la equidad portaban dicha arma para defender la paz y la unión de los pueblos. Por eso, estas armas han sido famosas a lo largo de la historia, y con ellas, se ha inmortalizado el sentimiento de honor que debe acompañarlas.

Las espadas, por su naturaleza, incluso servían como distintivos de diferentes jerarquías sociales, diferenciando así a la élite del resto de guerreros. Cuando los soldados de avanzada ocupaban simples espadas, fabricadas de manera rústica y hasta simple, los nobles y aristócratas portaban armas con mejores y más finos diseños en la empuñadura, e inclusive, los metales con que estaban hechas eran de mejor calidad.

La espada es la insignia inequivoca de los reyes y quienes obran conforme a su deber ciudadano, son reconocidos, permitiéndoles portarla como símbolo.

Hoy en día, muchas órdenes religiosas utilizan su simbolismo para representar el camino recto; con sus dos filos, representa la justicia y la lealtad que sus seguidores deben tener para con ellos mismos, sus ideales y credos. Sin embargo, éste no es un concepto nuevo. Ya los griegos representaban a muchos de sus héroes y divinidades portando espadas, lo que denotaba su sentido de equidad. Tal es el caso de Thanatos, dios de la muerte, que portaba una espada al cinto, representando así que su poder alcanzaba a todos sin distinción.

Más asombroso aún, es el sincretismo de la espada y el verbo, el decir y el hacer, la palabra es a la vez una forma de plasmar la voluntad, como puente entre las ideas y las formas; es herramienta para combatir la ignorancia, ya no por la retórica, sino por la correcta transmisión de un ideal, un estilo de vida y las experiencias acumuladas.

Algunos de estos ejemplos fueron la espada Excalibur, símbolo de justicia del que la poseía; fuerza y magia está vinculadas con la estrecha unión de la fe y la justicia.

La espada ha logrado confines inesperados en tierras gélidas como la de Odín; venerada por lo vikingos, tenía su forma completamente diferente a la romana, para ellos, el arma ideal con aquella punta un poco más redondeada con la cual el corte era mejor que el estoque.

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