¿Dar o recibir?
Una pareja, dos cuerpos que se juntan para obtener placer de una forma inusual, por un lado la parte sádica, sedienta de golpear y ver como el otro se retuerce del dolor, sedienta de ver sufrir a alguien más por su propia mano; y del otro lado un masoquista, quien espera recibir los latigazos y todo el dolor que su cuerpo y mente pueda soportar, todo para llegar a obtener un poco de placer.
Sentir el frío de un duro golpe, mientras se disfruta de una excitación extrema tanto de la parte masoquista como de la sadista; el otro llena su cuerpo de un gozo agresivo, el cual sube de tono cada vez que golpea, que humilla y ve la cara de sufrimiento del otro.
Una dinámica totalitaria, una supresión de la cualidad de sujeto de todos los humanos, un misterio y un placer, para muchos inhumano, para otros exquisito. Algunos lo llaman sadomasoquismo, pero la realidad es que estas conductas deben de separarse pues se llevan por separado, es un error creer que son una sola, pues cada ellas son completamente diferentes.
Es cierto que puede haber una confusión, ya que éstas pueden verse como una unidad, ya que el sadismo es la parte que agrede y el masoquismo la que recibe la agresión, pero no por ello tendrían que realizarse juntas, pues como se ha dicho en los artículos anteriores, estas prácticas suelen ser contra la voluntad del otro.
Aunque siempre habrá un sádico para un masoquista, pues es la parte que les falta a cada uno, pero aún así deberá haber alguien que se resista a cumplir órdenes o a realizarlas, sea por miedo a lo nuevo o seguir con la rutina.
Es bueno experimentar con el dolor, siempre y cuando alguien más lo desee o se aviente a probar cosas nuevas y extremas. También se debe recordar que el sadismo y masoquismo no sólo está en las relaciones sexuales, ¿qué hay de las relaciones de pareja en las cuáles hay humillación? ¿O de hacerse un tatuaje?
El sexo violento, el sexo sin escrúpulos, con dolo, con saña y el sufrimiento recorriendo todo el cuerpo es una parte importante de estas conductas, para ellos es el simple hecho de sentirse vivo, de probar algo nuevo, diferente, que ayude a explorar los oscuros rincones de una sexualidad humana extraña, la cual nunca acabaremos de comprender.
Sentir el frío de un duro golpe, mientras se disfruta de una excitación extrema tanto de la parte masoquista como de la sadista; el otro llena su cuerpo de un gozo agresivo, el cual sube de tono cada vez que golpea, que humilla y ve la cara de sufrimiento del otro.
Una dinámica totalitaria, una supresión de la cualidad de sujeto de todos los humanos, un misterio y un placer, para muchos inhumano, para otros exquisito. Algunos lo llaman sadomasoquismo, pero la realidad es que estas conductas deben de separarse pues se llevan por separado, es un error creer que son una sola, pues cada ellas son completamente diferentes.
Es cierto que puede haber una confusión, ya que éstas pueden verse como una unidad, ya que el sadismo es la parte que agrede y el masoquismo la que recibe la agresión, pero no por ello tendrían que realizarse juntas, pues como se ha dicho en los artículos anteriores, estas prácticas suelen ser contra la voluntad del otro.
Aunque siempre habrá un sádico para un masoquista, pues es la parte que les falta a cada uno, pero aún así deberá haber alguien que se resista a cumplir órdenes o a realizarlas, sea por miedo a lo nuevo o seguir con la rutina.
Es bueno experimentar con el dolor, siempre y cuando alguien más lo desee o se aviente a probar cosas nuevas y extremas. También se debe recordar que el sadismo y masoquismo no sólo está en las relaciones sexuales, ¿qué hay de las relaciones de pareja en las cuáles hay humillación? ¿O de hacerse un tatuaje?
El sexo violento, el sexo sin escrúpulos, con dolo, con saña y el sufrimiento recorriendo todo el cuerpo es una parte importante de estas conductas, para ellos es el simple hecho de sentirse vivo, de probar algo nuevo, diferente, que ayude a explorar los oscuros rincones de una sexualidad humana extraña, la cual nunca acabaremos de comprender.
Entradas
