Golpe sexual
Un momento de lujuria, un golpe de pasión, un desgarre contenido que ataca a una piel pura, tal vez virginal, pero con el color de la sangre se vuelve sensual.
La tremenda excitación recorre todo el cuerpo, hace volar la imaginación, querer golpear a la pareja con toda la fuerza, asestando dolores en el cuerpo, los cuales crean un ambiente sexual inexplicable.
Masoquismo, término usado indiferentemente por algunas personas, sin saber la carga que éste trae consigo. Para empezar se debe decir que esta palabra nace del apellido de uno de los escritores más criticados, Leopold Sacher-Masoch, quien se aventuró a escribir sobre la sexualidad con masoquista.

En términos generales, se puede definir a esta parafilia como una conducta sexual en la cual una persona obtiene placer mediante el maltrato, puede ser físico o verbal, esa es la razón de hablar de dos tipos de masoquismo, el físico (golpes, azotes…) o el moral (humillación, insulto o desprecio).
Al igual que el sadismo, en esta conducta sexual intervienen los golpes y las humillaciones, sólo que en ella el importante es el sujeto que recibe los insultos, pues éste necesita obtenerlos para satisfacer su apetito.
Al igual que las demás parafilias, no se necesita el coito o penetración para alcanzar el estado sublime, en donde el cuerpo goza de sobremanera la excitación extrema.
En la obra cumbre de Sacher-Masoch, La Venus de las Pieles se muestra un masoquismo llevado a lo límites humanos, es el ejemplo perfecto de una conducta sexual ‘desviada perfecta’.

Durante la obra se narra la historia de Severin y su amada Wanda, ellos se conocen en una casa de campo y al poco tiempo se enamoran. El protagonista se vuelve un fetichista del abrigo de pieles de su querida y al poco tiempo le pide los golpes para tener una excitación sexual profunda.
Al poco tiempo Wanda se desencanta de Severin y le pide que se aleje, pero él le dice que necesita estar cerca de ella aunque ya no lo ame y le pide dejarlo ser su esclavo, ella acepta y empieza la servidumbre masoquista, pues él se somete a todo tipo de castigos físicos con tal de estar cerca de su amada. Al poco tiempo las sanciones, morales y físicas, llevan al protagonista al borde de la muerte.
Un amor servicial inmerso en los profundos laberintos de la mente humana; una sexualidad que juega y muere mediante el golpe, el azote y la humillación; un nuevo mundo donde se permite todo, siempre y cuando se llegue al placer. Fascinante ¿o no?
La tremenda excitación recorre todo el cuerpo, hace volar la imaginación, querer golpear a la pareja con toda la fuerza, asestando dolores en el cuerpo, los cuales crean un ambiente sexual inexplicable.
Masoquismo, término usado indiferentemente por algunas personas, sin saber la carga que éste trae consigo. Para empezar se debe decir que esta palabra nace del apellido de uno de los escritores más criticados, Leopold Sacher-Masoch, quien se aventuró a escribir sobre la sexualidad con masoquista.

En términos generales, se puede definir a esta parafilia como una conducta sexual en la cual una persona obtiene placer mediante el maltrato, puede ser físico o verbal, esa es la razón de hablar de dos tipos de masoquismo, el físico (golpes, azotes…) o el moral (humillación, insulto o desprecio).
Al igual que el sadismo, en esta conducta sexual intervienen los golpes y las humillaciones, sólo que en ella el importante es el sujeto que recibe los insultos, pues éste necesita obtenerlos para satisfacer su apetito.
Al igual que las demás parafilias, no se necesita el coito o penetración para alcanzar el estado sublime, en donde el cuerpo goza de sobremanera la excitación extrema.
En la obra cumbre de Sacher-Masoch, La Venus de las Pieles se muestra un masoquismo llevado a lo límites humanos, es el ejemplo perfecto de una conducta sexual ‘desviada perfecta’.

Durante la obra se narra la historia de Severin y su amada Wanda, ellos se conocen en una casa de campo y al poco tiempo se enamoran. El protagonista se vuelve un fetichista del abrigo de pieles de su querida y al poco tiempo le pide los golpes para tener una excitación sexual profunda.
Al poco tiempo Wanda se desencanta de Severin y le pide que se aleje, pero él le dice que necesita estar cerca de ella aunque ya no lo ame y le pide dejarlo ser su esclavo, ella acepta y empieza la servidumbre masoquista, pues él se somete a todo tipo de castigos físicos con tal de estar cerca de su amada. Al poco tiempo las sanciones, morales y físicas, llevan al protagonista al borde de la muerte.
Un amor servicial inmerso en los profundos laberintos de la mente humana; una sexualidad que juega y muere mediante el golpe, el azote y la humillación; un nuevo mundo donde se permite todo, siempre y cuando se llegue al placer. Fascinante ¿o no?