Les saluda nuevamente desde la pluma y el teclado Miss Paulette. En esta ocasión presento la segunda y última parte de mi relato sobre la ópera.
Te gustaría saber ¿qué pasa entre bastidores durante el intermedio de la función?
Pues bien, tiene lugar una frenética actividad. Guiados por el director de escena, tramoyistas especializados, maquinistas, electricistas, carpinteros y otros operarios desmantelan el decorado en perfecta sincronía y montan uno nuevo.
En la actualidad algunos teatros cuentan con tecnología avanzada para cambiar los decorados rápidamente, algunas veces incluso durante la representación. Se emplean plataformas hidráulicas, ascensores mecánicos y otra maquinaria para levantar o bajar partes del decorado. Todos estos teatros están preparados para crear efectos especiales o sorpresas escénicas: tienen dispositivos para producir vapor que simule nubes o niebla, efectos con humo, el sonido de la lluvia o el viento, o incluso la detonación de un rayo. Un sistema luminotécnico de focos de diferente intensidad permite crear diversos efectos escénicos y destellos de luces de colores que provocan nuestro asombro.
Así que, mientras disfrutamos cómodamente de la representación, un ejército de colaboradores trabaja detrás y a los lados del escenario. ¿Te puedes imaginar lo que pasaría si un cantante, el coro o los bailarines no se movieran en el momento indicado? El ayudante o ayudantes del director de escena siguen entre bastidores la partitura para dar a los cantantes su entrada al escenario en el momento apropiado. El director del coro hace lo mismo con los miembros de este.
También cuentan con un apuntador que sigue los movimientos del director de la orquesta por un circuito cerrado de televisión y lee las líneas del libreto un poco por delante de los solistas en caso de que uno de los cantantes olvide su papel.
Por último, el director supervisa los cambios de escenario y las entradas colectivas de muchos actores, a la vez que se preocupa de que los luminotécnicos dirijan las luces de colores hacia las secciones del escenario que corresponda en el momento preciso.
Los grandes teatros de ópera cuentan actualmente y de forma permanente con una orquesta, un coro, bailarines y centenares de artistas. También hay que sumar a muchos otros si incluimos a los operarios, sastres, zapateros, carpinteros, maquilladores, electricistas y un escenógrafo o más, que diseñan y pintan los decorados. Además, se necesita personal de seguridad, administrativo y para otros servicios.
Afortunadamente La ópera se ha nutrido de muy diversos temas: historias de pueblos antiguos, mitología, leyendas medievales y las obras de William Shakespeare y otros escritores. Por ejemplo, La obra Nabucco, abreviatura de “Nabucodonosor”, del compositor italiano Giuseppe Verdi, trata de los judíos de Jerusalén deportados en calidad de esclavos a Babilonia. Gioacchino Rossini, otro compositor italiano, compuso música a la historia de Mosè (Moisés), y el músico francés Charles-Camille Saint-Saëns a la de Samson et Dalila (Sansón y Dalila).
La ópera es fascinante y recuerda que si asistes a algún concierto debes leer el libreto para enterarte bien de la historia. Y también porque es imposible comprender todas las palabras que cantan los solistas y el coro, pues en ocasiones la música lo impide y a veces cuesta entender las palabras en los altos tonos. En muchos teatros se suministran subtítulos o sobrescritos traducidos para que el público pueda seguir mejor la historia.
¡Qué excelente es poder apreciar de la voz y de la capacidad de componer, interpretar y apreciar la música!
Por eso te invito a que en la primera oportunidad que tengas pases una velada agradable y emocionante en la ópera.
Te aconsejo no dejar de visitar el blog de Acahertz, el fin, seguir conociendo un poco más de la música y de la cultura universal. Se despide Miss Paulette. ¡Hasta la próxima!