Condesa, muy cerca de Hooka, 11:00 PM, un poquito de Red Label…
¿Han oído de esos hoteles boutique?, preguntaba al grupo que ya entradita la noche, hacía gala de sus mejores vacaciones en lugares paradisiacos y “verdes”, ahora que está muy en boga ser “ecológico”, durante las fechas ya mencionadas.

Las respuestas ante mis pregunta no se hicieron esperar, todos o más bien la mayoría conocía en concepto de un hotel boutique, aunque pocos aceptaron haber estado en uno.
En semana santa el destino por excelencia es Acapulco, la mayoría de los chilangos prefieren huir a los antros que el puerto ofrece. Y pocos son aquellos que deciden fugarse a un camino menos concurrido y ajetreado.
Ése es justamente uno de los principales atractivos de los hoteles boutique. Los cuales son como pequeñas casonas en playas o en pueblos coloniales, que resaltan la belleza del lugar. Son la combinación perfecta entre la armonía natural y la más alta tecnología.
En estos lugares lo primordial es tu comodidad durante tu estancia. Un ejemplo son las habitaciones, que son máximo veinte. Las construcciones tienen las características del sello arquitectónico mexicano, rodeadas de amplios espacios, confort y lujo a tu disposición las veinticuatro horas del día.
Algunos hoteles boutiques son: CasaSandra en la Isla Holbox, entre Cancún y Playa del Carmen; simplemente exquisito, rústico y elegante; Verana en Puerto Vallarta tiene un toque sofisticado y primitivo, ofrece sólo 8 habitaciones, pero los servicios que ofrece son simplemente fabulosos, desde excursiones a la selva, spa completo, jacuzzi… y por último, Deseo en Playa el Carmen es la combinación perfecta entre el hermoso Caribe mexicano y las comodidades de una ciudad cosmopolita; por su lounge, dj en vivo, wireless, y su diseño moderno.

La cocina en general es más que exquisita. Los chefs de estos hoteles, buscan la fusión entre la cocina europea o mediterránea y los frescos productos nacionales. Lo cual la convierte en verdad en una cocina gourmet.
Imagínense en su balcón privado a lado del jacuzzi, descansando en una apacible tarde de primavera, en la costa del Caribe mexicano con dos personas a tu disposición todo el día, con delicioso plato de camarones griegos con coco… ¡qué vida!