domingo, 15 de noviembre de 2009

Not All Who Wander Are Lost con Babis Cannabis!!

Las tocadas, eternos espacios alternativos

El sudor de los tipos junto a ti, los golpes que caen como lluvia de todos lados, empujones y roces con los cuerpos de personas que jamás habías visto en tu vida, la música que entra por tus oídos y que suena hasta entumir los tímpanos, los músicos en escena que dejan el alma en el pequeño escenario, el calor del pequeño local….todo esto puede ser resumido en un concepto: las tocadas.

Una palabra tan común y utilizada por los jóvenes que no disfrutamos mucho de los antros de moda y el beber alcohol caro. Las tocadas, recurso de entretenimiento para los jóvenes amantes de la música y pequeño presupuesto como su servidora.

Teniendo en mi agenda la asistencia a una tocada, este fin de semana decidí hablar un poco acerca del tema, pero como siempre, se necesita un poco de “background” para comenzar a hablar de algo, así que empecemos rápidamente.

Hace ya unos añitos, por ahí de los años treinta, los grandes salones daban hogar a las orquestas en vivo, que se convertían en los lugares perfectos para entretenerse y mover un rato el cuerpo. A medida que las décadas fueron avanzando y nuevos ritmos como el rock & roll, música cumbia y otros géneros fueron conquistando los gustos de los jóvenes, las orquestas dieron paso a grupos que contaban con grandes bocinas y presentaciones en vivo que abrían un lugar de entretenimiento al pueblo.

No obstante, durante un tiempo (en México después del movimiento estudiantil del 68) el rock y las creaciones culturales de los jóvenes recibieron poco, por no decir nulo, apoyo económico para transmitirse. Pocas personas apostaban por grabar discos de rock mexicano y las presentaciones de estas bandas eran aún más difíciles de encontrar en escenarios grandes.

Los jóvenes músicos y los amantes de la música comenzaron a hacer las presentaciones bajo el agua, creando su propia publicidad y pegándola alrededor de los barrios populares de la ciudad. Los locales eran pequeños y sucios, pero contenía perfectamente la esencia del rock, la rebeldía y la búsqueda de libertad estaba presente en cualquier acorde de la banda que se presentaba.

Fue de esta forma que las tocadas comenzaron a extenderse, convirtiéndose en un lugar de tolerancia y entretenimiento para los jóvenes que no escuchaban la música disco de la época y que no vestían de acuerdo con lo que los medios dictaban. En los lugares clandestinos, en las tocadas, fueran del género musical que fueran (rock, metal, punk, reggae, ska, etcétera), los jóvenes encontraban un lugar donde podían ser ellos mismos mediante la música que les apasionaba.

Hoy en día, las tocadas se mantienen vivas; el costo de las entradas ha aumentado, de la misma forma que conseguir dinero para mantener una banda no sólo como hobbie. Al respecto, he leído varias opiniones en distintos foros donde se quejan que las tocadas se dan ahora sólo en bares y que los costos han aumentado muchísimo, que se ha perdido el gusto por “la tocada”.

En mi opinión, el gusto por la tocada sigue vigente y los lugares donde se dan sólo se han extendido hacia otros rumbos, hacía otras esferas socioeconómicas, y esto es bueno (desde un humilde punto de vista) porque lleva la universalidad de la música a otros círculos que también tienen derecho a conocer lo que las bandas locales están cociendo en sus proyectos musicales.

Las tocadas más populares, de más bajo presupuesto, siguen dándose también, no han desaparecido ni desaparecerán porque cubren una necesidad de los jóvenes de entretenimiento y de formación de identidad y relaciones sociales; y hay que tener en cuenta que la industria musical y la economía mundial está poniendo más difícil la obtención de capital para poderse mantener vivo en estas sociedades materialistas y que siendo los músicos parte de esta sociedad, necesitan de vez en cuando comer y vestirse, por lo que a veces tienen que cobrar por presentarse.

Creo que no cuesta nada ahorrar “10 pesitos” diarios para poder darnos un espacio de catarsis y de apoyo al arte.

La emoción de compartir junto a más personas tu amor hacía a un estilo musical, hacía una forma de vida distinta a las marcadas por los demás, siempre será algo necesario. Siempre encontraremos formas de dar a conocer nuestra banda o de ir a escuchar música interesante y fundir nuestras almas con los acordes de la guitarra. Te guste el género musical que te guste, es nuestro deber como jóvenes el mantener siempre a flote los espacios donde se busque la libertad, la forma de vida alternativa. Soy babis, nos vemos en quince.


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